Pneuma
Busqué en mis manos un deseo
y en el vuelo de un suspiro se había ido.
Y al tirar mis ojos tras su ruta,
con el aleteo perfumaba mis sentidos.
Supe que de sueños y de letras se formaba,
mientras sin sentido en las flores reposaba.
Y fué en aquel jardín donde juego con mis musas,
todas ellas de brocado y de púrpura vestidas
donde me alegraban por las noches
y se escondían en el día.
Fué Pan el que me dijo:
los deseos entre manos
a las flores pertenecen,
y si en las rosas reverdecen
por el día desfallecen.
Es en el coloquio con los dioses
donde encuentro mi delicia,
perturbando el vano juicio
y enloqueciendo a la razón.
Hay en este pneuma mil amores
que jugar quieren conmigo
y mientras me alisto para ello
el deseo que tenía,
en mis manos se esfumó.
Pedro Rafael Gutiérrez Doña. Agosto 2014
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