San Isidro de Heredia, 116 años labrando el futuro

            San Isidro de Heredia, 116 años labrando el futuro

           ⧫ Herederos de los Huetares   ⧫ Gobernado por el rey huetar Yorusti

                 

Por: Pedro Rafael Gutiérrez Doña

Periodista


Casi al mismo tiempo en que Albert Einstein mostraba al mundo su Teoría de la Relatividad y el Zar Nicolás II en Rusia encaraba una guerra, Canadá aumentaba dos territorios conocidos como Alberta y Saskatchewan, en la Costa Rica de principios del siglo pasado,  Heredia recibía como parte de su territorio a San Isidro, según consta precisamente en la partida de nacimiento el 13 de julio de 1905.  Fue durante el gobierno del presidente de la República Don Ascensión Esquivel, nacido en Rivas, Nicaragua que aquel pequeño caserío habitado por humildes y sencillos labradores recibió su identidad jurídica.

Iglesia de San Isidro de Heredia construida en 1895.

Es en el decreto No. 40 del 13 de julio de 1905 que reza:  El Congreso Constitucional de la República de Costa Rica decreta:  Artículo Primero.-  Créase en la provincia de Heredia un nuevo cantón, segregado del central, que se denominará cantón de San Isidro y llevará el número seis.  En el artículo segundo señala:  El nuevo cantón lo compondrán los distritos del centro, San José y La Concepción, correspondiendo al primero los barrios de Santa Cruz y San Francisco.  Estos distritos quedarán numerados primero, segundo y tercero por su orden.  Será cabecera del cantón la población de San Isidro, a la cual se confiere el título de villa.


«Los naturales (de Toyopán) son vivos de ingenio, belicosos, mayores de cuerpo que otros. Bien hechos. Imitan en la sutileza de las contrataciones a los mexicanos; tienen la ropa de algodón por extremo buena, gran cantidad de oro de todos los quilates...» Juan Vázquez de Coronado y Anaya, 1562. 


Justo un año antes de la creación de San Isidro como cantón, en 1904, Félix F. Noriega en su obra Diccionario Geográfico de Costa Rica se refiere a San Isidro como “uno de los principales y más populosos distritos del cantón central de la provincia de Heredia, situado al este de esta última ciudad y a 8 Km. de ella, en las faldas occidentales del cerro del Zurquí, a una altura de 1500 m. sobre el nivel del mar, con vistas amplias sobre la parte oeste del gran valle central y clima de 19 grados.


Arqueólogos en San Isidro, realizan una exhumación
arqueológica en el año 1917.

Produce muy buen café, hortalizas, papas y plantas medicinales.  Tiene una población de 2534 habitantes divididos en cinco caseríos: Centro 729 habitantes y 124 casas, Concepción 675 habitantes y 117 casas.  San Josecito 693 habitantes y 129 casas.  San Francisco 283 habitantes y 51 casas y Santa Cruz 218 habitantes y 27 casas.  El caserío del centro -señala Noriega- tiene un hermoso templo de ladrillo construido al estilo gótico en toda su pureza y detalle, monumento digno de la capital de la República; dos hermosos locales de escuelas con sus jardines, cárcel y cementerio.  La población está construida sobre la base de un pequeño cuadrante con calles anchas y rectas; tiene servicio de correos diario y oficina telegráfica y establecimientos de comercio bien surtidos, dos beneficios de café y varios trapiches.  En las inmediaciones de este distrito se desenterraron hace unos años unas estatuas de piedra de origen indígena, dignas del estudio de los anticuarios por los muchos detalles y signos que recuerdan los atributos de los dioses de la mitología egipcia y china…”
Metate ceremonial de la antigua Toyopán.

Estos descubrimientos han hecho especial a San Isidro, no por sus grandes centros comerciales o modernos “Malls” ni lujosas gasolineras o tiendas, sino por la milenaria herencia intangible de nuestros antepasados indígenas los Huetares, quienes heredaron su antigua Toyopán (del nahuatl: teo-ti, dios, y pan, lugar) o La Tierra donde está Dios.


De su ‘nacimiento’ a la fecha, San Isidro se ha caracterizado precisamente por eso, por su inigualable atmósfera, mezcla de lo divino y lo terreno, donde miles de nuevos pobladores hemos encontrado en Toyopán, la tierra de la Oración o el Lugar de los Altares, la tierra donde es posible sentir la magia que nos rodea y nos acoge.  Ciento seis años de vida del cantón,  han sido suficientes para tener ahora una gasolinera, tres importantes supermercados, una moderna clínica de salud y un centro deportivo ahora en pausa, a causa de la pandemia que sufrimos.  De los cafetales de la zona que aún se conservan, es posible degustar uno de los mejores café de altura del país y se resiste a desaparecer el grano de oro,  frente al avance de modernas urbanizaciones de concreto, típicas de barrios californianos como Malibú o Santa Mónica, las que sustituyeron con el tiempo,  las casitas de adobe y los techos de paja de nuestros antepasados. 

Sirvan estas cortas palabras como un pequeño homenaje a mi pueblo, a San Isidro de Heredia con motivo de la celebración del 106 aniversario de su creación.


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