Por: Pedro Rafael Gutiérrez Doña
Periodista
Justo cuatro días antes de aplicarme la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19 de la compañía Pfizer-BioNTech , fuí atacado por un virus. Tos seca esporádica, fuertes y violentos escalofríos, dolor generalizado en el cuerpo, fatiga sin razón alguna, congestión nasal y un constante dolor de cabeza nunca antes experimentado, fueron los efectos inmediatos causados por este virus. Y me refiero a este virus por que preso de mucha duda, no podía asegurar en ese momento que era Covid-19 ya que no me había realizado la prueba, además de estar confiado de mi salud por que ya había recibido la primera dosis. Aquí de paso vale recordar a muchas personas, que el hecho que Ud. tenga la primera y la segunda dosis, no garantiza totalmente que pueda ser contagiado si tiene contacto con un portador del virus, ya que las posibilidades siguen siendo altamente probables y fue lo que a mí me ocurrió. Imagínese lo que pasa con aquellos que creen que esto es un cuento.
Me presenté el día de la segunda dosis al centro de salud y le informé a la enfermera que tenía esos síntomas, y aún así, recibí el refuerzo. 24 horas más tarde, acudí a la Clínica de mi localidad para realizarme la prueba y recibí un día después los resultados del hisopado: Covid positivo.
Luego de confirmar el contagio por parte del personal de la clínica, recibí de parte del Ministerio de Salud una orden sanitaria de aislamiento por cinco días, donde se me ordena textualmente: “Mantenerse en aislamiento inmediato en el siguiente domicilio… ...por un periodo de 5 días naturales contados a partir de la fecha de notificación de esta Orden Sanitaria. De conformidad con el artículo 365 de la Ley General de Salud, “El aislamiento de una persona o grupo de personas significa su separación de todas las demás, con excepción del personal encargado de su atención durante el período de transmisibilidad o su ubicación en lugares y bajo condiciones que eviten la transmisión directa o indirecta del agente infeccioso a personas o animales que sean susceptibles o que puedan transmitir la enfermedad a otros, según sea la gravedad del caso...” y señala entre otras cosas, los “Apercibimientos” que a falta de no acatar la orden, podría ser multado con la módica suma de ¢464.300,00 colones. Es una lástima que el Gobierno no pueda dar seguimiento a esta norma, por que le aseguro que ya hubiera recuperado una parte importante en los gastos incurridos con las vacunas, aplicando con todo rigor el peso de la ley.
Con preocupación leí en el “SE LE ORDENA” - después de recordar los cuatrocientos sesenta y cuatro mil trescientos colones- ...el aislamiento con personas… o animales que sean susceptibles…” esta última recomendación necesita ser ampliada por parte de las autoridades del Ministerio de Salud sobre los animales susceptibles, ya que deja en el aire muchas dudas y me preocupa mi perro, quien no se separa de mí ni un solo instante.
Acto seguido no queda más que extremar los protocolos de salud como aislarse en una habitación, usar mascarilla todo el tiempo, no deambular por la casa innecesariamente, usar alcohol constantemente, lavarse las manos, evitar contacto con familiares, avisar al 911 o al CEACO cualquier variación extrema de síntomas como dolor fuerte en el pecho, dolor fuerte en el estómago, calentura constante mayor a 38 grados o vómitos frecuentes.
No puedo dejar fuera de mención en este comentario la parte emotiva o psicológica, de la que puedo decir sentirme muy positivo y optimista, esto claro, como resultado de haberme vacunado y de haber hecho lo posible por poner en práctica los protocolos de salud ya sabidos por todos y recordados profesionalmente por el personal Covid, la Dra. Salas y la Trabajadora Social de la Clínica de San Isidro de Heredia. Ahora logro entender que toda aquella persona con enfermedades de riesgo como diábetes, hipertensión, problemas cardíacos o sobre peso, al recibir un diagnóstico de esta naturaleza, no es nada esperanzador.
Tengo la seguridad que de esta saldré victorioso, gracias al apoyo de mi familia y de todo el personal médico que lucha diariamente por salvar vidas. Por ahora no queda más que cumplir el aislamiento, cumplir los estrictos protocolos, leer un buen libro y pedirle a Dios por todos aquellos que luchan igual que yo por conservar nuestra vida y la de aquellos que cuidan por la de los demás.
pgutierrezd@gmail.com
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